El desafío más grande que estoy afrontando hoy es el de trabajar directamente en la transformación educativa, la innovación de nuevas estrategias de aprendizaje y la integración de la tecnología, no como una mera herramienta más, sino como fuente de creación; a través de diferentes equipos de trabajo, tanto en Argentina como en Chile. Educar de forma integral a los alumnos en ser reales creadores y no consumidores de contenido desde toda las área y aspectos de la vida de manera interdisciplinar.. La educación formal, generalmente regida por las instituciones, se mueve por paradigmas que ya no responden a las necesidades actuales. El mundo avanzó más rápido y los sistemas educativos quedaron atrás en la carrera, proponiendo didácticas obsoletas, herramientas y técnicas anticuadas. El gran desafío es, entonces, cómo hacer para que las instituciones de educación formal en las que trabajo, y, ojalá, el resto de las instituciones formales y no formales del mundo, puedan responder realmente a las necesidades actuales y educar formativa e integralmente a hombres y mujeres como ciudadanos globales, con las competencias que necesitan para desempeñarse ahora y en el futuro. Este último punto no es menor en los Colegios, ámbito donde trabajo, porque cuando educamos a niños o adolescentes no solo pensamos en el alumno o alumna que estamos acompañando, sino en el hombre o mujer que se transformará al terminar los 15 , 12 o 6 años de su trayecto pedagógico. Por eso el desafío en este sector de educación formal obligatoria en casi todo el mundo es aún mayor. Son grandes los desafíos pero estoy motivado para seguir en el camino de la innovación, porque sé que es el camino correcto para una democratización real de la enseñanza.