Challenge
Hay una gran carencia de material disponible en lengua de signos, lo que dificulta aplicar metodologías activas como Flipped Classroom cuando hay alumnos sordos presentes en el aula. Cada vez se fomentan más este tipo de metodologías, pero ¿qué hacemos si hay alumnos sordos en el aula? Quedarían directamente excluidos de esta forma de trabajo en el aula y con sus compañeros. Además, esta falta de material impide que estos alumnos desarrollen su autonomía en el aprendizaje, pues en muchas ocasiones los textos escritos les resultan inaccesibles por los problemas de comprensión lectores que presentan, pues la lengua de signos es su lengua natural y la lengua escrita no es más que la representación gráfica de la lengua oral. Los alumnos sordos signantes son una minoría y, como en muchos otros casos, la mayoría presiona para que la minoría se adapte y acabe diluida en ella y esto no es precisamente lo que promueve el DUA. En YouTube hay millones de vídeos maravillosos a los que la mayoría de la población tenemos acceso, pero a los que a los alumnos sordos (entre otros) no pueden acceder, y no pensemos que poner unos subtítulos automáticos de dudosa calidad puede arreglar el problema, pues ya he comentado el obstáculo que puede suponer la información escrita. El reto es mayor aún cuando hay muy pocos profesionales con estudios superiores habilitados en lengua de signos, por lo que los recursos que solemos encontrar son, muchas veces, de dudosa calidad educativa, y la mayor parte de ese pequeño porcentaje, están destinados a los más pequeños, dejando de lado a los estudiantes de ESO, Bachillerato o universitarios. Resumiendo, hay una enorme carencia de recursos signados, el conocimiento de la población en general sobre Comunidad Sorda es casi nulo, y hay pocos especialistas dentro del ámbito educativo.