Challenge
Los niños y adolescentes se encuentran más conectados digitalmente que nunca antes, lo cual ha permitido desarrollar múltiples habilidades digitales y crear una personalidad propia en línea. Sin embargo, mucho se habla sobre limitar el tiempo de uso de pantallas digitales porque se cree que exponer a los niños y jóvenes a la digitalización, impacta negativamente en su desarrollo físico, emocional y social al generar una desconexión del mundo físico. Pero existe una nueva realidad post-pandémica en donde ya no podemos enmarcar el tiempo de pantalla como opcional o evitable. Para bien o para mal, las tecnologías digitales proporcionan cada vez más la base para todas las dimensiones de la sociedad. Es momento de pasar de vigilar el tiempo de pantalla a sopesar el uso de ésta en términos del valor de su contenido, contexto y conexiones. Además, en la era digital están en juego los derechos de los niños y jóvenes a la información, la expresión, el juego y la comunicación. Como sociedad, nos hemos centrado en reglas genéricas y simplistas basadas en el tiempo de uso de las pantallas o dispositivos, y no en una guía constructiva que nos ayude a ver las ventajas de la era digital y evitar los posibles daños de ésta.