Generalmente los profesores están inmersos en sus labores diarias (que son muchas) y dedican poco tiempo a aprender sobre tecnología. Si agregamos otros factores como el miedo al cambio y salir de su zona de confort, desconocimiento de las herramientas educativas innovadoras y en algunas ocasiones la desvalorización de su trabajo; tendremos profesores poco interesados en crear experiencias de aprendizaje reales, significativas y poderosas y muy diferentes de la pedagogía tradicional. Ahora la situación ha cambiado y más que nunca los profesores necesitan ayuda y motivación para salir adelante en este desafío de educación a distancia y ayudar a un país como México con una urgente necesidad de innovar en la educación y proporcionar a los jóvenes las habilidades y competencias para desempeñarse a escala de los países más avanzados en educación, economía y ciencia. Es claro que para lograrlo hay que iniciar una transformación digital y no todos los profesores están siendo guiados en el proceso del cambio de forma correcta. ¿Cuál es el resultado? Mayor resistencia al cambio generado por el estrés y la frustración, instituciones educativas que no cuentan con análisis y objetivos claros, obstaculizando así, el avance de dicha transformación educativa. El profesor es el actor central en el cambio educativo y es indispensable que se le proporcione toda la ayuda posible. La institución educativa y los padres de familia son el soporte para dicha transformación, sin embargo, todo debe girar alrededor de los alumnos quienes darán las nuevas ideas y proyectos para el mundo.