Dentro de ese gran abanico de posibilidades tecnológicas, hay un nuevo desafío que requiere especial atención y es la incorporación del 3D en la educación. Por mi formación como arquitecta y profesora, creo que el modelado 3D es una herramienta fundamental que puede ayudar a resolver problemas de visionado de objetos, crear proyectos para la invención de nuevos elementos virtuales (a modo de bocetos) debido a su importante componente creativo, adelantarse a la manipulación y creación física de otros objetos, ser parte de una idea emprendedora... Los últimos cambios normativos han incluido el 3D como contenido a enseñar y utilizar en algunas asignaturas. Además, se posiciona como parte del pensamiento computacional dado que lo complementa. Sin embargo, aunque podemos encontrar mucha información sobre cómo modelar e imprimir, la formación en 3D del profesorado o alumnado es deficiente y su puesta en marcha en clase supone un nuevo desafío que debemos resolver. Por tanto, mi desafío trata de encontrar la correcta incorporación del modelado 3D en la educación, pero sobre todo, centrarnos en buscar una hoja de ruta para investigar CÓMO IMPLANTARLO o enseñarlo: qué metodología es viable para su enseñanza, cómo encauzar toda la información existente, cómo evaluarlo de manera formativa... Así mismo, el incremento del uso de chromebooks en el aula hace necesario buscar la mejor manera del uso del 3D con los mismos.